En Zacatlán, el turismo comunitario se vive en cada rincón: desde las cocinas de humo que guardan el secreto de las recetas ancestrales, hasta los senderos que conducen a paisajes que quitan el aliento.
En San Miguel Tenango, una de las 28 comunidades originarias del municipio, más del 68% de su población habla náhuatl. Su identidad se expresa en la lengua, las danzas, el bordado y, de manera especial, en la cocina. La experiencia “Sabor del Fuego” abre las puertas a las cocinas de humo, donde mujeres de la comunidad comparten técnicas ancestrales y transmiten su cosmovisión a través de cada tortilla hecha a mano y cada salsa molida en molcajete. Participar en esta vivencia es reconocer el esfuerzo colectivo que resguarda la tradición y fortalecer la conexión con un patrimonio cultural único.
La riqueza cultural de Tenango también se refleja en sus celebraciones: la fiesta patronal de San Miguel Arcángel, los altares de Día de Muertos y el arte textil, donde las artesanas han creado la muñeca “Cocone”, símbolo de identidad y orgullo de Zacatlán.
Complementando esta experiencia cultural, la Peña del Águila invita a descubrir la otra cara del turismo comunitario: la naturaleza. Este imponente mirador rodeado de bosques de coníferas regala vistas panorámicas de la sierra, abrazadas por la neblina y el canto de las aves. Un espacio donde la comunidad guía al visitante a recorrer senderos y compartir historias locales, generando un encuentro auténtico con el territorio.
En Zacatlán, el turismo comunitario no solo ofrece experiencias memorables, también preserva tradiciones, fortalece la economía local y protege los paisajes naturales. Es un recordatorio de que viajar puede ser también un acto de regeneración.