Pensando acerca del Día Internacional del Turismo

Como miembros del sector turístico, sabemos lo difícil que ha sido este año, y lo lento que se siente el camino a la recuperación. La industria de turismo de aventura y naturaleza, en México y en otros destinos está sufriendo. Esto es porque nuestra industria no está soportada por los engranajes económicos que sostienen al turismo masivo.

A nosotros nos sostiene algo diferente, que yo creo es aún más poderoso y duradero: una visión de un mundo que puede ser explorado por nuestros jóvenes, y por los jóvenes después de ellos. Para que esto sea posible, sabemos que el turismo tiene que ser sustentable, regenerativo y respetuoso. También sabemos que estamos aún lejos de esa meta, sin embargo, la belleza de nuestra industria es que lo sabemos, y seguimos trabajando incansablemente para llegar a ella.

Hay dos palabras que he escuchado muchísimo en los últimos meses: resiliencia y reimaginación. Aproximadamente el 90% de las muchas pláticas de zoom que he escuchado en estos meses han mencionado al menos una de estas palabras. El mismo ATMEX Loreto 2020 tiene como tema central “Plan B: Reimaginando el turismo”. Al principio de la pandemia, cuando estábamos pensando en el tema central del evento, la palabra reimaginar estaba mucho en mi mente. Es una palabra hermosa, llena de posibilidades, y en ese momento, tener el tiempo para reimaginar me parecía un enorme regalo. Pensaba que lo único positivo de la crisis del COVID-19 sería el cambio.

Pero, en los últimos meses, he visto crecer algo que considero extremadamente peligroso para el proceso de reimaginación: la necesidad. Las fibras económicas de nuestra comunidad se han visto severamente afectadas por cierres, restricciones de viaje, desinformación, miedo y la falta de capacidad de nuestros gobiernos para ayudar a las industrias que están sufriendo, y la falta de liderazgo para hacer creer a la gente que las cosas estarán bien y que por lo menos, estaremos a salvo. La necesidad tiene un precio que, en mi opinión, es lo peor que podría pasar después de la crisis del COVID-19: regresar al estatus quo.

Por suerte, la industria de turismo de aventura y naturaleza está llena de creyentes incansables. Si hubo alguna vez un momento para capitalizar ese rasgo de nuestra industria es hoy. Como sector, estamos en una posición ventajosa ante otros segmentos turísticos: lo que vendemos es la antítesis del turismo masivo, y es justamente lo que hoy en día busca el consumidor: naturaleza, trato personalizado, y destinos poco visitados. 

Tener el producto perfecto para estos tiempos no significa éxito instantáneo. Aún tenemos un gran reto: construir la maquinaria económica que sostenga a la industria de turismo de naturaleza y aventura para que, preservar nuestros activos más valiosos, la naturaleza y la cultura, sea más redituable que destruirlos. Los pasos que tomemos en los siguientes meses sentarán las bases de ese turismo que estamos reimaginando.

Conoce más del Día Internacional del Turismo aquí.

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Preparando el encuentro

Todo viaje tiene como propósito el generar encuentros. Encuentros con la naturaleza, encuentros con otras personas y sus culturas y encuentros con uno mismo. Quienes trabajamos en la industria del turismo, sabemos que éstos encuentros profundos son el santo grial que buscamos encontrar y promover en cada experiencia.

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