Es como si este sector estuviera atrapado entre una roca y un lugar difícil: un mayor éxito en términos de crecimiento de números, trae consigo problemas de congestión, resentimiento de los residentes locales y estrés ambiental, junto con el inicio de un largo descenso en satisfacción del visitante, el número de visitas repetidas y / o referencias. Al mismo tiempo, una serie de factores externos, ya sean peligros naturales relacionados con el clima (incendios, inundaciones) que provocan daños en la infraestructura; o escasez de alimentos o agua; desaceleración económica en los mercados de origen; creciente inestabilidad política; y los rápidos cambios en los valores públicos pueden hacer que la demanda se detenga. En otras partes, he comparado la escala actual y el alcance de la demanda con un “tsunami” que no podemos controlar. Vale la pena señalar que, en la naturaleza, los tsunamis causan tanto daño en su retirada de una costa como lo hacen corriendo por ella.
En respuesta a estos desafíos cada vez más perversos, un número pequeño pero creciente de pensadores del turismo interno y externo ahora está aplicando su tiempo, imaginación y capacidad intelectual para concebir una forma alternativa de “ver / enmarcar” y brindar servicios de hospitalidad a escala y de manera que brinde un beneficio neto positivo a todos los participantes (anfitriones e invitados comerciales y no comerciales). De hecho, vamos más allá, creyendo que el turismo tiene el potencial de convertirse en un agente de transformación positiva que puede contribuir a una mejor calidad de vida para todos.
