Asomándonos a la prehistoria desde dentro de la tierra
Bucear en estos lugares tan únicos requiere de entrenamiento y equipo especializado, incluso se debe contar con una certificación internacional. Las rutas exploradas están claramente señalizadas con cuerda y flechas que indican la salida. Si una ruta no está marcada sólo los exploradores con años de experiencia en la zona pueden aventurarse a mapearla. Sin embargo, los simples mortales nos podemos agasajar visitando las entradas de las cuevas; en esta zona del mundo se les conoce como cenotes.
Ilustración 1 Río Secreto, Playa del Carmen, Quintana Roo. © Río Secreto.
Los espeleobuzos que sí han podido adentrarse más allá de las entradas de las cuevas han hecho descubrimientos increíbles dentro de estos maravillosos sistemas subterráneos; como el que destaca la osamenta más antigua y más completo en todo el continente americano, con unos 13 mil años de antigüedad. Y no solo eso, también hay restos de mastodontes y otros ejemplares de megafauna paleolítica que nos invitan a adentrarnos más y más; aunque sea en libros, en el tema de los cenotes como ventanas a la prehistoria.
Las cuevas y sus estalactitas y estalagmitas se forman gota a gota, partícula por partícula, en un proceso ininterrumpido que lleva decenas de cientos de miles de años; si una estalactita gotea, sigue viva; si la tocamos, nuestra grasa corporal dará fin a este proceso y la mataremos al instante. Es fundamental que cuando visitemos las cuevas, cavernas, grutas o cenotes, evitemos tocar cualquier formación; y sigamos las indicaciones de quien está al cuidado de este lugar. Desde 2017 existe un reglamento municipal en Quintan Roo que busca regular la interacción humana con estos lugares. Aún se sigue trabajando en la sensibilización de los prestadores de servicios turísticos y dueños de los predios donde se encuentran las oquedades, pues los cenotes son propiedad privada si se encuentran dentro de un predio particular; pero entre sí están interconectados y es responsabilidad de todos proteger este sistema hidrogeológico que existe en toda la península y que además de ser la única fuente de agua potable de la región, ofrece atractivos naturales excepcionales que se pueden visitar minimizando nuestro impacto; así como también conserva en su interior vestigios del pasado que apenas estamos comenzando a descubrir.
Ilustración 2 Espeleobuzos realizando exploraciones. © INAH.
Sac Actun es un Sistema inundado en el sur de la Rivera Maya fue reconocido como el sistema de cuevas más largo del mundo, rebasando el Rio Puerto Princesa en Filipinas y el Sistema Mammoth Cave en Estados Unidos; al ser comprobada su conexión con el vecino sistema Dos Ojos. Unos pocos kilómetros al sur se encuentra también el impresionante Sistema Ox bel ha, en entrada a la Reserva de la Biósfera de Sian K’aan. Lo que hay debajo de toda la costa de Quintana Roo apenas se comienza a descubrir, gracias a los avances en tecnología y a la perseverancia de los exploradores locales que durante casi medio siglo han registrado cada metro haciendo uso de todo método habido y por haber, y muchas horas de exploración.
Ilustración 3 Sistema Hidrogeológico Sac Actún. Tulum, Quintana Roo. © Quintana Roo Speleological Survey 2013.
En lo más recóndito de este sistema se encuentra la cueva Hoyo Negro, en la cual se encontraron hallazgos paleontológicos que indudablemente superaron el asombro que sentimos cuando Sac Actún fue nombrado el río subterráneo más largo.
Ilustración 4 Mapa de la Cueva Hoyo Negro, Sistema Sac Actún, Tulum, Quintana Roo. © Alberto Nava.
En las eras geológicas de nuestro planeta, el Plioceno se caracterizó por el surgimiento del Istmo de Panamá, las Montañas Rocallosas y la cordillera del Himalaya; lo que causó un cambio en la circulación atmosférica y oceánica que tuvo diversos efectos sobre el clima y la temperatura global; dando paso al siguiente periodo: el Pleistoceno, o la era del hielo.
Ilustración 5 Nivel del mar durante el pleistoceno. © National Oceanic and Atmosferic Administration.
Durante el Pleistoceno, que abarca desde hace 2.4 millones de años hasta aproximadamente 11 mil años atrás, las cuevas que surcan la península de Yucatán no estaban sumergidas, como ahora. Las glaciaciones que caracterizan a ese periodo motivaron migraciones que utilizaron estos pasajes subterráneos como refugio, o como fuente de agua.
La unión de los dos continentes causó que la fauna migrara de norte a sur y viceversa. Algunos ejemplares de fauna durante estos millones de años cayeron en hoyos más profundos en la oscuridad de las cuevas que atravesaban, o llegaron a galerías sin salida. También han sido preservados restos humanos de distintas épocas en que la península ha estado poblada. Sus osamentas permanecieron en el sedimento de las cuevas y las recientes exploraciones espeleológicas que se han llevado desde hace varias décadas, y que gracias a la tecnología digital tridimensional han logrado avanzar exponencialmente en el conocimiento y entendimiento de la riqueza del sistema hidrogeológico que tenemos debajo y que muchos ignoramos y descuidamos.
Esta era terminó con la última glaciación y dio paso al clima y geografía que ahora tenemos. Es en esta era que el género Homo aparece, y los grandes mamíferos se extinguieron principalmente en los últimos dos mil años de esta era. Este evento global de extinción presenta varias influencias, como son el cambio en el clima y la aparición de los primeros cazadores, que depredaron a los animales herbívoros, fuente de sustento de la megafauna.
La glaciación concluyó cuando la corteza terrestre comenzó a ceder ante el peso de los glaciares y los movimientos verticales de estos hundimientos causaron que el hielo se derritiera; lo que a su vez causó que los suelos se elevaran al verse liberados de este peso. Esto dio paso a la era actual: el Holoceno.
Ilustración 6 Descubrimientos en Hoyo Negro. © National Geographic Society.
Las exploraciones espeleo-arqueológicas han logrado grandes avances apoyados en la tecnología y la transversalidad de la ciencia, ya que los métodos tradicionales de datación con Carbono 14 no se pueden realizar con estos restos óseos, ya que estar sumergidos ha degradado el colágeno, que sirve como indicadores. Para calcular con mayor precisión la antigüedad de las osamentas estudiadas se ha recurrido a cuantificar la edad de los estalagmitas que se han formado sobre los restos óseos. Se ha concluido que los restos encontrados corresponden a la transición entre Pleistoceno y Holoceno. La forma de los cráneos se ha estudiado y se considera que pertenecen a grupos humanos del norte de América que comenzaban a poblar la zona que después ocuparía la cultura Maya, como resultado de su interacción con las poblaciones del sur de América. La preservación de más del 80% de cada osamenta indica que al momento de ser depositados sobre el sedimento los cuerpos se encontraban en una cueva seca que posteriormente fue inundada por los efectos del cambio en el nivel del mar que se presentan en la península de Yucatán. Las estalactitas y estalagmitas sólo se forman en cuevas secas, y su crecimiento se interrumpe cuando las cuevas se llenan de agua.
Los espeleotemas, como también se les conoce a estas formaciones, se forman gota a gota, grano a grano de calcita, y su crecimiento se puede medir en anillos concéntricos como los que se encuentran en los troncos de los árboles. Cada uno es un tesoro que debemos preservar en aras de la ciencia y el entendimiento de nuestro planeta y nuestra especie.
Cuando visitemos estos maravillosos lugares, debemos ser conscientes del privilegio de poder compartir este escenario con los primeros pobladores de esta zona de América, y debemos contribuir a la preservación de sus sitios de descanso, y de todo el sistema hidrogeológico que recorre el subsuelo, y que apenas comienza a ser mapeado y visitado por el hombre moderno.
Seamos viajeros conscientes, conectados con los lugares que visitamos; seamos el puente para que las generaciones por venir aún dispongan de estas ventanas al pasado intactas.
Cuando tengan la oportunidad de visitar un cenote, una cueva seca o un río subterráneo, elijan a los proveedores de servicios turísticos que hagan el mejor esfuerzo por preservar estos lugares, que demuestren que no han intervenido artificialmente estos lugares para aumentar su tamaño o su forma, y que trabajan en la conservación de estos lugares, un visitante a la vez. Recuerden que la grasa de nuestra piel es nociva para estos lugares, así como todo tipo de contaminantes, aguas jabonosas, aceitosas y aguas negras y grises son los principales enemigos de estos lugares. Es fundamental que nos enjuaguemos bien antes de entrar a nadar en estos tesoros geológicos, y eliminar de nuestros cuerpos todo residuo de crema, perfume, loción, repelente, bloqueador solar, curitas y apósitos y cualquier objeto que podamos perder dentro de la cueva, como joyería o accesorios que no pertenecen a estos sagrados lugares.
Referencias:
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Hering, F. et al (2014) Late Pleistocene to Early Holocene Sea-level and Climate Reconstruction and Indirect Dating of Bones Using Stalagmites from Underwater Caves in Quintana Roo, Mexico – An Outlook. Conference: Geo Frankfurt 2014 – Earth System Dynamics, Frankfurt, Germany. DOI: 10.13140/2.1.4445.0569
Johnson, W. Hilton (2018, July 30). Pleistocene Epoch. Encyclopedia Britannica. Disponible en: https://www.britannica.com/science/Pleistocene-Epoch
Kambesis P., Coke, J.G., IV (2016) The Sac Actun System, Quintana Roo, Mexico. Boletín Geológico y Minero, 127 (1): 177-192. ISSN: 0366-0176. Recuperado de : https://www.researchgate.net/publication/303139865_The_sac_actun_system_Quintana_Roo_Mexico/figures?lo=1
Monroy Ríos E. (s/f) Sistema Sac Actun. https://sites.northwestern.edu/monroyrios/entradas-en-espanol/sac-aktun/
Foto de portada: Sistema Sac Actun – Herbert Mayrl – Gran Acuífero Maya
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